Cupcake de Lluvia en Espiral: Una Delicia Frita, Crujiente y Azucarada

Si estás buscando una receta que combine lo mejor de la repostería tradicional con una presentación única y atractiva, el cupcake de lluvia en espiral es una opción ideal. Esta receta, que recuerda a las famosas rosquillas o churros caseros, es perfecta para una tarde de café, un desayuno especial o una merienda con niños. Además, su forma de espiral la hace visualmente llamativa, ideal para compartir en redes sociales o como postre en reuniones familiares.

Preparado con ingredientes básicos y una técnica sencilla, este dulce frito se convierte rápidamente en un favorito para quienes lo prueban. Crujiente por fuera, suave por dentro y con una generosa capa de azúcar y canela, cada bocado es pura nostalgia.

A continuación, te compartimos cómo hacer esta receta paso a paso, con consejos, variaciones y sugerencias para lograr un resultado perfecto.

¿Qué es el cupcake de lluvia en espiral?

Aunque el nombre pueda parecer moderno, esta receta toma inspiración de preparaciones tradicionales como las donas, los buñuelos o los churros. Se elabora a partir de una masa sencilla, que se modela en tiras largas y se da forma de espiral. Luego, se fríe hasta que esté dorada y crujiente, y se pasa por una mezcla de azúcar y canela.

Es una receta ideal para quienes buscan un postre económico, rápido y delicioso. Además, no requiere horno, batidora ni moldes especiales. Solo necesitas un bol, una cuchara, tus manos y una sartén con aceite caliente.

Ingredientes

Los ingredientes son simples y probablemente ya los tienes en tu cocina. Esta receta rinde entre 10 y 12 piezas medianas, dependiendo del tamaño que formes.

  • 3 huevos enteros
  • 30 ml de aceite (puede ser de girasol, maíz o canola)
  • 30 ml de vinagre blanco
  • 160 g de azúcar
  • 1 cucharada (sopera) de polvo de hornear
  • 3 tazas y media de harina de trigo (aproximadamente)

Para rebozar después de freír:

  • Azúcar al gusto
  • Canela en polvo al gusto

Modo de preparación paso a paso

Paso 1: Preparar la masa

En un bol grande, coloca los tres huevos, el aceite, el vinagre y el azúcar. Mezcla bien todos los ingredientes con una cuchara de madera o espátula. No necesitas batir, solo asegurarte de que estén bien integrados.

Añade la cucharada de polvo de hornear y comienza a incorporar la harina poco a poco. La cantidad final de harina puede variar ligeramente según el tamaño de los huevos y la humedad del ambiente, pero el objetivo es obtener una masa firme, que no se pegue en las manos, y que puedas moldear fácilmente.

Amasa durante unos minutos hasta lograr una textura suave y elástica.

Paso 2: Formar los espirales

Toma pequeñas porciones de masa y forma tiras alargadas de aproximadamente 30 cm de largo y 1 a 1.5 cm de grosor. Puedes hacerlo sobre una superficie ligeramente enharinada o entre las palmas de tus manos.

Luego, enrolla cada tira formando una espiral, como una caracola. Asegura el extremo final presionándolo suavemente para que no se deshaga durante la fritura.

Paso 3: Freír los espirales

Calienta abundante aceite en una sartén profunda o una freidora. La temperatura ideal es entre 170 y 180 °C. Si no tienes termómetro, puedes probar con un pequeño trozo de masa: si sube y se dora lentamente, el aceite está listo.

Fríe los espirales de a pocos, para no enfriar el aceite. Cocina durante unos minutos por cada lado, hasta que estén dorados y cocidos por dentro. Evita que se quemen; deben tener un color dorado uniforme.

Retíralos y colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.

Paso 4: Azúcar y canela

Mientras aún están calientes, pasa los espirales por una mezcla de azúcar y canela. Asegúrate de que se recubran bien por ambos lados. Este paso es el que les da ese sabor clásico, dulce y aromático que los hace irresistibles.

Paso 5: Servir

Sirve los cupcakes de lluvia en espiral recién hechos, calientes o a temperatura ambiente. Puedes acompañarlos con una taza de chocolate caliente, café o leche. También son ideales para llevar a una reunión o picnic, ya que se conservan bien durante el día.

Consejos útiles

  • Si quieres que queden más suaves por dentro, puedes añadir una cucharada de leche a la masa.
  • Para una versión más crujiente, amasa un poco más y deja reposar la masa 10 minutos antes de formar los espirales.
  • Puedes aromatizar la masa con una pizca de ralladura de limón, vainilla o anís.
  • Si prefieres una versión al horno, puedes hornear los espirales a 180 °C durante 20-25 minutos. No quedarán tan crujientes, pero sí más ligeros.

Variaciones

  • Rellenos: Puedes hacer una versión rellena agregando un poco de dulce de leche o crema pastelera entre dos tiras y cerrándolas como si fuera una empanada.
  • Mini espirales: Forma tiras más cortas para hacer versiones pequeñas, ideales para fiestas infantiles.
  • Cobertura de chocolate: En lugar de azúcar y canela, puedes sumergirlos en chocolate fundido y dejar enfriar sobre papel vegetal.

Conservación

Estos espirales fritos se disfrutan mejor el mismo día que se preparan, cuando aún están crujientes y calientes. Si te sobran, guárdalos en un recipiente hermético a temperatura ambiente durante 1 a 2 días. Puedes recalentarlos ligeramente en horno bajo para recuperar algo de su textura original.

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