La leche condensada es un ingrediente dulce, espeso y cremoso que se utiliza en numerosos postres y bebidas alrededor del mundo. Desde flan y tres leches hasta café helado vietnamita, su sabor y textura la hacen indispensable en la repostería. Aunque es fácil encontrarla en supermercados, prepararla en casa es económico, sencillo y natural.
A continuación, te explico dos formas de hacer leche condensada casera: una receta tradicional al fuego y otra rápida con leche en polvo.
¿Por qué hacerla en casa?
Existen muchas razones para preparar leche condensada casera:
- Solo usas ingredientes naturales, sin conservantes ni aditivos.
- Puedes ajustar la receta a tus necesidades (por ejemplo, sin lactosa).
- Es más económica que la comercial.
- Tiene un sabor más fresco y auténtico.
Receta 1: Leche condensada tradicional (con leche líquida)
Este método es el más cercano al industrial. Se trata de reducir la leche lentamente con azúcar hasta lograr una mezcla espesa y suave.
Ingredientes:
- 1 taza de leche entera (250 ml)
- 1 taza de azúcar blanca (200 g)
- 1 cucharada de mantequilla (opcional)
- 1/2 cucharadita de extracto de vainilla (opcional)
Instrucciones:
- Coloca la leche y el azúcar en una cacerola mediana. Remueve bien hasta que el azúcar se disuelva por completo.
- Calienta a fuego medio y lleva a ebullición suave, removiendo constantemente para evitar que se queme.
- Cuando empiece a hervir, baja el fuego y cocina sin tapar durante 30 a 40 minutos. Remueve cada cierto tiempo.
- La mezcla debe reducirse casi a la mitad y adquirir un color ligeramente beige.
- Añade la mantequilla y la vainilla si decides usarlas. Mezcla bien hasta integrar.
- Retira del fuego y deja enfriar. Al enfriarse, la leche se espesará aún más.
- Guarda en un frasco de vidrio hermético en la nevera. Dura hasta 7 días.

Consejos:
- Usa una olla de fondo grueso para evitar que se queme.
- Si ves que se forman burbujas grandes, baja un poco el fuego.
- Puedes duplicar la cantidad, pero el tiempo de cocción aumentará.
Receta 2: Leche condensada rápida (con leche en polvo)
Esta versión es ideal si no tienes leche fresca o quieres una solución rápida. Se prepara en menos de cinco minutos y la textura es muy similar.
Ingredientes:
- 1 taza de leche en polvo
- 1/2 taza de azúcar
- 1/3 taza de agua caliente
- 2 cucharadas de mantequilla derretida
Instrucciones:
- En una licuadora, añade la leche en polvo y el azúcar.
- Agrega el agua caliente y la mantequilla derretida.
- Licúa durante 1 minuto o hasta que la mezcla esté suave y espesa.
- Deja enfriar antes de usar. Guarda en un recipiente cerrado en la nevera por hasta una semana.
Consejos:
- El agua debe estar caliente, pero no hirviendo.
- Si no tienes licuadora, puedes usar una batidora de mano.
- Para una versión sin lácteos, puedes usar leche de coco en polvo y mantequilla vegetal.
Cómo conservar la leche condensada casera
- Utiliza un frasco de vidrio con tapa hermética o un recipiente bien sellado.
- Refrigera siempre y consume en un máximo de 7 días.
- Si se separa al enfriar, simplemente revuelve antes de usar.
- Puedes congelarla en porciones pequeñas por hasta 2 meses. Descongela en la nevera.
Usos comunes de la leche condensada
La leche condensada es muy versátil. Aquí algunos de sus usos más populares:
- Base para dulce de leche (cocinándola por más tiempo)
- Rellenos de tartas y pasteles
- Bizcocho tres leches
- Flan casero
- Helados caseros sin máquina
- Postres en vaso o shots dulces
- Café helado vietnamita o café tailandés
- Fudge de chocolate
- Alfajores o galletas rellenas
También puedes usarla para endulzar bebidas calientes como té o chocolate.