Los chicharrones de cerdo son una de esas recetas tradicionales que conquistan paladares con su mezcla perfecta de texturas: piel crujiente, carne jugosa y ese sabor inconfundible que solo el cerdo bien cocinado puede ofrecer. En esta versión, te mostramos cómo prepararlos de forma casera y paso a paso para que queden tan buenos como los de tu abuela… o incluso mejores.
Ingredientes (para 4 personas)
1 kg de panceta de cerdo con piel (puedes usar costilla si prefieres más carne)
1 litro de agua
2 cucharadas de sal gruesa
2 dientes de ajo (opcional)
1 hoja de laurel (opcional, para aromatizar)
1 cucharadita de bicarbonato de sodio (clave para una piel ultra crujiente)
Aceite de girasol o manteca de cerdo para freír
Pimienta negra al gusto
Rodajas de limón para servir
Cómo preparar chicharrones caseros
Paso 1: Cocción inicial para ablandar y sazonar
Comienza cortando la panceta de cerdo en cubos o tiras de unos 3 a 4 centímetros. Asegúrate de que cada pieza conserve la piel, ya que esta será la parte más crujiente y deseada del chicharrón.
Coloca los trozos en una olla grande. Agrega el litro de agua, la sal gruesa, los dientes de ajo y la hoja de laurel. Si deseas potenciar el efecto crujiente más adelante, añade también una cucharadita de bicarbonato de sodio.
Lleva la olla a fuego medio y cocina por unos 30 a 40 minutos. Durante este tiempo, la carne se cocinará suavemente y absorberá los sabores. La clave está en permitir que el agua se evapore por completo. Cuando eso ocurra, retira del fuego y deja reposar al menos 10 minutos. Este descanso permite que la piel se seque ligeramente, lo que ayuda a lograr un mejor resultado en la fritura.
Paso 2: Fritura para obtener ese toque crujiente
En una sartén profunda o una olla, calienta abundante aceite de girasol o manteca de cerdo hasta alcanzar los 180 °C. Si no tienes termómetro, puedes probar introduciendo un pequeño pedazo de pan: si burbujea rápidamente, el aceite está listo.
Fríe los trozos de cerdo en tandas pequeñas para evitar que baje la temperatura del aceite. Cocina durante unos 8 a 10 minutos, removiendo ocasionalmente para que se doren de manera pareja.
Una vez dorados y crujientes, retira los chicharrones del aceite y colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.
Paso 3: Servir y disfrutar
Sirve los chicharrones bien calientes, espolvoreados con un poco de pimienta negra o, si lo prefieres, con un toque de pimentón ahumado.
Acompáñalos con rodajas de limón para aportar un toque ácido que equilibra la grasa, o con salsas picantes, guacamole, tortillas, frijoles o arroz para convertirlos en una comida completa.
Consejos para lograr los mejores chicharrones
- El bicarbonato de sodio ayuda a que la piel se infle y se vuelva más crocante. No lo omitas si buscas ese efecto “pop”.
- Puedes cocinar la carne el día anterior, refrigerarla, y freírla al día siguiente. Esto permite que se seque más la piel y quede aún más crujiente.
- Usa manteca de cerdo si buscas un sabor más auténtico y tradicional, aunque el aceite de girasol también funciona muy bien.
- No tapes la olla durante la cocción en agua. Así el vapor se libera y la piel se empieza a secar ligeramente.
¿Sabías que…?
En diferentes países, los chicharrones se preparan de maneras distintas. En México y Centroamérica, se sirven en tacos o con guarniciones. En Perú, se acompañan con camote frito y salsa criolla. En España, los “torreznos” tienen un estilo similar. ¡Una delicia universal con muchas variantes!
Conclusión
Crujientes, sabrosos y tradicionales, los chicharrones de cerdo caseros son un manjar que nunca pasa de moda. Ya sea como botana, plato principal o antojo de fin de semana, esta receta te permitirá disfrutar del auténtico sabor hogareño con un resultado espectacular.
Anímate a prepararlos en casa y a compartir esta receta con quienes aman la cocina tradicional. Porque pocos placeres son tan simples y tan deliciosos como un buen chicharrón recién hecho.